Por estos días, amigos, pacientes y conocidos me han expresado su angustia de «volver a la normalidad», especialmente con el tema de volver a las oficinas, los chicos al colegio y más que todo a la rutina, los trancones y al corre corre…
Está bien sentir algo de incomodidad frente a un nuevo ajuste, en este caso reajuste, a cambios que exigen dejar cosas que durante esta época de pandemia salieron a la luz y que realmente se disfrutan. Sin embargo, algunos me han expresado su miedo intenso, angustia frecuente y pensamientos poco amables frente diferentes cosas, como el miedo a exponerse a la nueva sepa del virus… o bueno, a lo que sea que vuele en el ambiente.
Angustia de dejar sus familias e hijitos después de estar juntos por más de un año y medio. Pensamientos como que hartera volver a la oficina, a ver a la gente, los trancones son eternos, estar estresados… y más cosas que ni les digo.
Es claro que todo esto va a exigir nuevamente esfuerzo de nuestra parte, como al principio de todo el rollo del Corona Virus, y es importante poder encontrar los justos equilibrios, sin necesidad de pasar por este tema de sentirnos infelices hasta que nos adaptemos otra vez.
Por eso hoy te doy 3 recomendaciones que te pueden ayudar:
- Descubre cosas buenas, no todo es malo. No hay tragedia en el tema. recuerda que todo depende de cómo lo veas y de qué historia te cuentas a ti mismo. Busca otros puntos de vista para ver las cosas desde otra perspectiva.
- Háblalo, cuéntale a alguien cómo te estás sintiendo, para que saques esas emociones y logres ver lo qué realmente sucede, qué es lo que realmente te molesta y mires qué puedes hacer con ello.
- Nosotros somos seres adaptables, sin embargo eso no significa adaptarte al malestar emocional. Pide ayuda, tu responsabilidad no solo es cumplir con tu trabajo, también lo es cumplirte a ti mismo estando y sintiéndote bien.
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